Al diablo con el Grijalva

Pez diablo pone en peligro la reserva ecológica del Cañón del Sumidero:

La irresponsabilidad de los dueños de mascotas podría ser la causante de una catástrofe ecológica. Además de la creciente población de perros y gatos callejeros en las urbes de nuestro país —sin lugar a dudas, un auténtico problema de salud pública—, la introducción de un tipo de pez ajeno a nuestros ecosistemas ha puesto en jaque a algunos de nuestros ríos y reservas naturales. Se trata del pez diablo o Hypostomus plecostomus, una de las mascotas más comunes en los acuarios y que, debido a la irresponsabilidad de algunos dueños, se ha convertido en una plaga presente en el río Grijalva y, recientemente, en la reserva natural del Cañón del Sumidero.

El pez diablo, también conocido entre los aficionados a los acuarios como “basurero”, por su habilidad para limpiar las peceras al alimentarse de algas y los restos de comida que dejan otros peces, se ha convertido en un auténtica plaga debido a su alta reproducción y capacidad invasiva. Esta mascota, originaria de los ríos de América del Sur, puede llegar a medir hasta 70 centímetros estando en libertad, logrando una vida promedio de 15 años. A diferencia de otras especies, el pez diablo no posee escamas; en su lugar, está protegido por placas de cartílago y espinas.

Este tipo de peces han llegado a nuestras aguas gracias a la irresponsabilidad de sus dueños, quienes tras adquirirlos en acuarios o veterinarias, los han terminado por abandonar en ríos. De acuerdo al director de la escuela de biología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, el biólogo Ernesto Velásquez Velásquez, ejemplares de pez diablo han sido encontrados desde hace un mes en la cuenca del Grijalva, donde además de romper las redes con sus placas de cartílago, han diezmado la población de mojarras tilapia y el pez bagre.

Al no tener depredadores en la reserva ecológica del Cañón del Sumidero, el pecostomus ha sido capaz de desovar hasta dos mil huevas de manera bimestral. Velázquez Velázquez afirmó que se encuentran actualmente buscando métodos para erradicarlo, pues combatir su proliferación resulta sumamente difícil. Otros zonas que enfrentan a la plaga del pez diablo son el río Balsas, la presa hidroeléctria el Caracol, en Guerrero y la presa del Infiernillo en Churumuco.



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